jueves, 11 de marzo de 2010

abandonen el barco

antes que se salga el mar
salgámonos nosotros.

abandone la casa, deje todo deshecho, no arme nada, no recoja los platos rotos ni haga la cama, no apague el televisor,  y atraviese la puerta, o déjese caer por una ventana. Nos vamos con lo puesto. Pero asegúrese de lavarse bien las manos, la cara, los dientes, lávese los ojos por dentro, trate a toda costa de convertirse en otra persona, para que cuando el mar se salga, no nos encuentre.


La desaparición de una familia.

(Juan Luis Martínez)

1 - Antes que su hija de 5 años
     se extraviara entre el comedor y la cocina
     él le había advertido: "-Esta casa no es grande ni pequeña,
     pero al menor descuido se borrarán las señales de ruta
      y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza"

2 - Antes que su hijo de 10 años se extraviara
     entre la sala de baño y el cuarto de los juguetes,
     él le había advertido: "-Ésta, la casa en que vives,
     no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello
     y ancha tal vez como la aurora,
     pero al menor descuido olvidarás las señales de ruta
     y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".

3 - Antes que "Musch" y "Gurba", los gatos de la casa,
     desaparecieran en el living,
     entre unos almohadones y un Buddha de porcelana,
     él les había advertido:
     "-Esta casa que hemos compartido durante tantos años
     es bajita como el suelo y tan alta o más que el cielo,
     pero, estad vigilantes
     porque al menor descuido confundiréis las señales de ruta
     y de esta vida al fin, habréis perdido toda esperanza".

4 - Antes que "Sogol", su pequeño fox-terrier, desapareciera
     en el séptimo peldaño de la escalera hacia el 2º piso,
     él le había dicho: "-Cuidado, viejo camarada mío,
     por las ventanas de esta casa entra el tiempo,
     por las puertas sale el espacio;
     al menor descuido ya no escucharás las señales de ruta
     y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza".

5 - Ese último día, antes que él mismo se extraviara
     entre el desayuno y la hora del té,
     advirtió para sus adentros:
     "-Ahora que el tiempo se ha muerto
     y el espacio agoniza en la cama de mi mujer,
     desearía decir a los próximos que vienen,
     que en esta casa miserable
     nunca hubo ruta ni señal alguna
     y de esta vida al fin, he perdido toda esperanza".