
los encerrados
los encerrados salen del polvo
y entre puertas nunca abiertas
de los rincones fangosos
gotean de lápidas mohosas.
Los encerrados
recuerdan a sus muertos y su camino
han hecho de cada candado
una habitación abierta
de las salas de clase
una mesa redonda
de cada acantilado
un río claro bajo la luna.
los encerrados hacen un último fuego
con los escombros de oficinas arrasadas por el viento
la universidad ocupada
es la última caverna
donde todos olvidan de una vez por todas
la matemática de la vida
y quienes han sido.
y en la mirilla de la cerradura
del otro lado del candado
llegan como aviones derribados
aullidos sin forma
de otros encerrados
y de otras cadenas
que nadie ha roto.
pero el sol nos alcanza
aun entre los balazos a ciegas
y vemos danzar nuestros rostros
barridos por noches delicadas
como pequeñas llamas inextinguibles.
los encerrados tienen el aroma de los golpes
y de las carreras entre la niebla del gas lacrimógeno
y tienen los ojos perlados
x las lagrimas
y x la locura
las manos negras x el fuego
y una sonrisa que les parte el rostro
en los ocasos temblorosos
mirando desde el cielo
a la sombra de una bandera negra
los encerrados vuelven a creer en la libertad.
(yon)
por Mauro Cronenberg